Cande

Recuerdo bien que su cabello resultaba inconfundible. Era rojo y rizado como el de mis hermanas, pero su cadencia tenía algo particular, no se parecía a ningún otro que haya visto antes. Era menester encontrarnos los fines de semana; coincidíamos en los tendederos de la vecindad. Ella tendía la ropa siempre tarareando alguna canción queSigue leyendo «Cande»